Reflexiones de Silicon Valley

Champion the mission

A principios de marzo tuve la oportunidad, de la mano de EOI, de visitar San Francisco y Silicon Valley (S.V) Por cierto que prácticamente hay Wifi en toda la ciudad. Se trató de un viaje de estudios en el que tuvimos la oportunidad de visitar empresas de base tecnológica que están cambiando la forma de trabajar, de comprar, de viajar y en ocasiones incluso de gestionar empresas.  Se ha escrito mucho sobre los motivos que convierten a Silicon Valley en un imán para este tipo de empresas, en un centro mundial de referencia en el que el dinero llama al dinero y se producen productos y servicios que realmente suponen una diferencia. Intentar entender mejor eso – que hay de cierto, qué de mito – era mi principal objetivo en el viaje. Trataré de contar en este artículos mis reflexiones mi primera visita a la Costa Oeste. 

Cultura Corporativa  “El público nunca querrá una empresa a no ser que sus empleados la quieran antes” Simon Sinek

 Creo firmemente que una cultura corporativa sólida, y realmente compartida por los empleados, es clave para el éxito de las organizaciones. Cada día más en un entorno en el que parece más eficaz moverse rápido que ser grande. Si esa cultura se basa en la libertad y en la responsabilidad, en premiar la iniciativa el asumir el riesgos, el divertirse trabajando… gran parte del camino está recorrido. Esa forma de cultura organizacional es contraria a la eficiencia y favorece la innovación. Este tipo de cultura atrae, indudablemente, el talento.

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Amazon Fresh

Mi percepción es que la mayoría de las empresas en S.V. tienen en su cultura de compañía algo de responsabilidad individual y algo o mucho de libertad a los empleados. Así lo observamos en las charlas en las que participamos, en las propias oficinas o campus, en la forma de vestir… Dicho eso, y desde fuera, la cultura no es tan diferencial en Silicon Valley.  Zappos tiene esa cultura y están en Las Vegas. (Aunque empezaron en SV) Amazon tiene esa cultura y están en Seattle. Foursquare es neoyorquina. Spotify es sueca. Y parecen tener ese tipo de cultura.  Mi opinión es que es algo común a “empresas de internet” sean estas de donde sean, por la propia configuración que han tenido y tienen, consecuencia principalmente de un factor: la mayoría de ellas se basan en conocimiento y por tanto han de estar muy orientadas a sus empleados y en esa misma línea se nutren de profesionales . (Hay un debate interesantísimo que excede este artículo y es hasta que punto es trasladable esa cultura – que parece propiciar grandes éxitos las corporaciones – en un entorno industrial, siendo la brasileña Morning Star uno de los ejemplos más sonados)

Por tanto, no, no creo que lo que haga diferencial el ecosistema de Silicon Valley sea la cultura corporativa.

Misión y Visión “Think global, act local” Patrick Geddes  

 

Aunque está relacionado con la cultura, es para mí independiente. Me refiero a otra cosa en este punto. La mayoría de las empresas que visitamos o personas que conocimos parecían tener una verdadera visión. Un verdadero compromiso de estar construyendo algo. De trabajar por un mundo mejor, más haya del retorno económico. El mensaje de “Champion the mission”  que aparecía junto al pulsador para abrir la puerta en las oficinas de Airbnb me parece ilustrativo sobre manera.  Lo que sucede con muchas empresas de Silicon Valley es que trabajan desarrollando productos o servicios pensando a escala planetaria. Directamente y desde el inicio. Tienen lógicamente una ventaja y es que cuentan con un idioma que es lingua franca en casi todo el mundo, al tiempo que cuentan con un mercado interior enorme y razonablemente homogéneo que ningún otro país ha sido capaz de desarrollar hasta hoy (veremos en los próximos años) Sí, es una ventaja, pero ha de reconocerse el enfoque y la perseverancia.

Este punto, sí, me parece diferencial con lo que yo conozco de empresas españolas, muchas de las cuáles comparten la cultura descrita anteriormente. Creo que tiene mucho que ver con la propia idiosincrasia estadounidense.  Con el dejar huella. Con el sentimiento de inferioridad que citaba Alex Castellarnau (de Dropbox, una de las personas más inteligentes que conocimos, que más me trasladaron la impresión de tener una verdadera visión global de internet, el negocio y la transformación digital), si se quiere. Un sentimiento de inferioridad, bien entendido, que impulsa a mejorar para ponerse al nivel o mantenerlo y no perder el liderazgo mundial.   En esa línea me impresionó  un vídeo que vi, una vez ya de vuelta en España, de Obama pidiendo a los niños que aprendan a programar, apelando a ese espíritu de liderazgo.

En esta parte de la ecuación parece recaer la presencia de Stanford en el Valle, que también tuvimos la oportunidad de visitar y que parece ser la cantera primigenia del talento (junto con UCLA) en el área, talento que ha atraído a otro talento (hasta el punto de que, según nos contaban, en torno al 45% de las profesionales en empresas en Silicon Valley no son estadounidenses. Uno de los máximos exponente para mí, de esta reflexión de una misión bigger tan life es Mozilla, cuya visita, precisamente inauguró nuestro viaje, que hacen suya la misión de mantener abierto el ecosistema de la web (impulsando que la mayor parte de la actividad online sea, además, en la web y no en entornos operativos cerrados como aplicaciones móviles)

 Financiación.  “Un anillo para gobernarlos a todos” Gandalf el Blanco.

Todas las empresas necesitan financiación. No tenerla es un coste de oportunidad (Eso lo he aprendido en el master, pero eso es otro tema)  En la mayoría de las empresas que se mueven en entornos ultra competitivos y ultrarrápidos, no ya el acceder a la misma, sino el hacerlo rápidamente puede ser clave. La diferencia que separe el éxito más absoluto del olvido.  Y eso es algo que Silicon Valley ha conseguido contribuir a crear y/o del que se beneficia, en un círculo virtuoso. Ha obtenido/propiciado una suerte de break even global, propiciado por un sistema de “inversionismo” completamente estructurado. Para mí este punto es de nuevo diferencial. De nuevo, en otra asignatura del master aprendimos que “Europa está bancarizada” y eso frena el desarrollo o la réplica de un entorno similar por estos lares.

 

En una formación que recibimos en nuestra primera mañana en SF, nos contaron – a parte de que Silicon Valley reúne mayor inversión empresarial que todo el resto de EEUU , no ya decir, otros países desarrollados –  que los fondos de capital  tienen una “tasa de éxito” de un 10% lo que provoca dos claras externalidades: la primera es que ese modelo de inversión es claramente inasumible para un Banco o entidad de crédito, que tienen en Europa casi toda la cuota de financiación a empresas y por otro lado, que en cualquier sitio, pero también en SV, no se financian las buenas ideas, se financian las ideas muy escalables. Dicho de otro modo. Todas las ideas que se financian son grandes ideas, pero no todas las grandes ideas se financian.

Reflexiones finales.  “¿Qué hay de lo mío?” Anónimo

Hay dos puntos adicionales sobre los que me resulta interesante reflexionar, aunque no tengo una opinión fuertemente formada al respecto. El primero, que fue además el primero que me llamó la atención es que parece que el “concepto de Silicon Valley” está en la calle. Publicidad de Zoho en el aeropuerto, de Nest en las marquesinas, de Autodesk en los parques, de Bing en los autobuses. No tuve la oportunidad de profundizar claro en esto, pero me llamó profundamente la atención. Pareciera que la ciudad vive la realidad de la que medio mundo habla. Pero no lo tengo claro. Pues por otro lado, no fueron pocos los comentarios que nos hicieron ver que no son pocos los habitantes de San Francisco, que se quejan amargamente de que la burbuja inflacionista en los precios que se han producido en los últimos años.

Y, lógicamente, mi reflexión final es qué parte de todo esto es importable o desarrollable en otros sitios. Qué podemos traernos.  Para mí, siendo como es muy difícil de replicar el modelo, parece razonablemente fácil ir construyendo en las tres líneas que he descrito. Algo que por otro lado, ya se va haciendo. Conozco algo el ecosistema de empresas de internet en España y no estamos tan lejos de lo que yo percibí en San Francisco y en el valle. Se trata de ir trabajando, sentando unas bases culturales (en las empresas), formativas (en las universidades y escuelas) y financieras (en la propia estructura económica), que ya estamos poniendo. ¿Cómo de rápido o lento? Ese es otro debate.

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