Escrito originalmente en conversionmarketing.es
Hace tiempo leía un gran artículo de Jesús Encinar, (fundador de idealista.com) en el que explicaba formas de lograr que un banner fuera eficaz a la hora de trasladar o hacer llegar el mensaje del anunciante. En él, explicaba que el lenguaje tradicional del medio televisivo no es válido y hay que buscar el natural a un medio como Internet en el que la “velocidad” tiene gran relevancia. Reflexionaba sobre los incovenientes del tipo de mensaje “creo suspense para mantener interesado al usuario, hasta que al final le muestro mi mensaje con un toque de efecto”.
La reflexión que planteaba es que si bien normalmente no nos levantamos del sillón durante un anuncio (si es que lo estamos viendo) no nos paramos a ver un banner entero al encontrarlo en una web (¡si es que vemos el banner!) y sugeria por tanto, que al menos el logo, debe aparecer en todo momento en el banner para transmitir parte del mensaje (nuestra marca) al usuario que va haciendo scroll vertical de forma rápida.
Esta semana me ha venido a la mente esta reflexión al ver dos ejemplos de banners de una campaña que lo hace y otra que no.
El primer caso: el copy del banner juega sobre la pregunta de “¿Por qué sonríe Leonardo Sbaraglia? Da varias opciones e invita a los usuarios a los que haya incitado suficiente interés a descubirlo en un microsite desarrollado a tal efecto. Si el usuario decide verlo son 12 segundos, pero en este caso, parte del objetivo del anunciante, Carrefour, ya está logrado en el primer segundo en el que se ve el logo.
El segundo caso: de nuevo, se juega con generar interés en el usuario con una pregunta para incitarle a ver el banner. Si el usuario decide verlo son también 12 segundos y hasta el segundo 10 no se muestra el logotipo o mensaje del anunciante.
Sería intersante disponer de los datos de visibilidad de ambos, pero todo hace pensar que el primero habrá tenido más éxito, por lo menos en visibilidad de marca.
– Artículo original de Jesús Encinar
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