Este es el título de mi proyecto final de carrera que presenté y defendí con éxito en 2005. ¡Parece que fue en otra vida, pues no he vuelto a desarrollar mi vida profesional en el área de la Acústica. Pero la verdad es que es un proyecto del que me siento orgulloso y que quería compartir! Voy a ver si soy capaz de recordarlo y describirlo de forma sencilla 😉
La premisa
Cualquier auditorio, puede describirse en función de ciertas característica que tienen que ver con cómo está hecho. Tiempo de reverberación del sonido, absorción de los materiales…. Sin embargo, es digno de estudiar cómo es la percecepción subjetiva de un oyente situado dentro de ese auditorio en función de las características constructivas del mismo.
El enfoque
Por tanto, la idea es medir los datos “técnicos” de cuatro salas. Reproducir una misma melodía en esas cuatro salas diferentes y preguntarle a un grupo de estudio sus percepciones. Para luego ver cómo se correlacionana las sensaciones con los aspectos técnicos de la sala.
Metodología
Para lograr que la melodía fuese la misma y además simplificar el trabajo se recurrió a una metodología como la siguiente. Se grabó la melodía. (Guitarra española, tocada por un amigo mío que es un crack) en una sala anecóica. Así logramos tener una grabación “pura” ya que la sala anecóica la libra de cualquier reverberación o efecto. Por otro lado, cualquier sala se puede caracterizar desde el punto de vista acústico en función de su respuesta al impulso. (Un impulso sonoro, por ejemplo un “disparo”) Pues bien lo que hicimos fue grabar la respuesta al impulso de las cuatro salas que queríamos evaluar, y luego convolucionar (una operación matématica que ya no recuero) esas cuatro grabaciones con las que teníamso de la guitarra en la sala anecóica. De esta forma tuvimos cuatro grabaciones de cómo hubiera sido tocar la guitarra exactamente igual en cada una de esas cuatro salas.
La encuesta
Ya con esas cuatro grabaciones, preparamos la encuesta. Seleccionamos a unos 20 voluntarios que escuchaban las grabaciones en cortes de forma aleatoría y completaban sobre una escala cuál era su percepción. (Satisfactorio, envolvente, reverberante…) (Es interesante destacar que aquí fue la primera vez aprendí que no hay que poner escalas cuando quieras que la gente valore, porque esto les sesga, así que la escala era libre, lo marcaban con un boli y luego yo lo medía con una regla 😉
El tratamiento
Ya lo último fue ponderar los datos (por ejemplo alguien que siempre contesta usando media escala hay que equipararlo a alquien que contesta usando toda la escala) para minimizar el sesgo de laboratorio. Sacar las medias y pintar las correlaciones con los datos para acabar descubriendo que a veces, diferencias importantes en salas no provocan esas mismas diferencias en la percepción de la gente.
Por cierto, que si te interesa echar un ojo a los materiales sonoros y al propio proyecto, puedes descargarlo. Eso sí, recuerda que el trabajo tiene derechos, según creo, de la Universidad Politénica de Valencia. La verdad es que ha sido un ejercicio interesante para mí recordarlo! Si has leído el artículo y he logrado explicarlo de forma comprensible (para aquel que no está familiriazado) me encantaría saberlo.
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