La semana pasada tuvimos una interesante clase en EOI sobre Cloud Computing con Moisés Rodríguez. Esta es una reflexión al hilo de la misma.
Computación en la nube. Cloud Computing. La nube. Informática en la nube. Términos diversos para referirse a un mismo concepto: servicios de computación a través de Internet y explotación o uso de los mismos por un cliente.
El modelo es conceptualmente sencillo: uno o varios proveedores ofrecen una infraestructura técnica alojada en sus propios servidores a los que accedemos, tras el pago de una cantidad económica, desde un equipo conectado a internet. Subimos ciertos datos que son procesados y obtenemos un servicio como resultados de esos datos: cálculos, alojamiento, aplicaciones… Tiene impacto en muchas áreas de las tecnologías de la información desde el procesado de datos en servidores ajenos a la disponibilidad de servicios de ofimática para usuario final. Es consecuencia de varios fenómenos simultáneos: abaratamiento exponencial de la capacidad de procesamiento que ya predijo Moore., el desarrollo de la virtualización de hosting (creación mediante software de capacidades de hardware) lo que permite optimizar aún más recursos y de una tendencia de cambios de hábitos de usuarios y profesionales. No obstante el propio Gartner sostiene que del conjunto de tecnologías que se engloban como Cloud, varias se encuentran ahora mismo en fase de sobreexpectación.
El modelo resulta de gran interés pues permite desde el punto de vista del usuario diferentes ventajas: acceso remoto, actualizaciones automáticas (con o sin coste), no hay necesidad de prevenir la demanda de recursos, abaratamiento de costes en muchos casos, simplificación de procesos o escalabilidad de prestación de servicios propios.
Por el contrario, claro, genera amplio debate – de profundidad – sobre el control de la información. ¿Qué sucede si mi información vital como compañía está alojada en otro sitio? ¿Cuál es la legislación de ese país? ¿Cómo es la seguridad en la encriptación de datos?¿Estoy expuesto a prácticas de espionaje industrial? ¿Qué sucede si esa empresa quiebra? ¿es más o menos confiable que un CPD propio o al menos cerca de mi empresa?
Diferentes modelos
XaaS. ¿Será el s.XXI el del uso y no el de la propiedad? Este tipo de modelos, son propicios claro, para que la relación entre proveedor y cliente sea la basada en un servicio de consumo según demanda. Evidentemente esto tiene connotaciones muy relevantes también, pues si bien minimiza y optimiza costes, desarrolla relaciones contractuales sin fin definido.
Surgen diferentes posibilidades. Por ejemplo, IaaS: infraestructura como servicio, en este modelo la compañía que presta el servicio lo que hace es ofrecer las máquinas o servidores instalados y la conectividad para que el cliente monte el resto de servicios, bien para uso interno, bien para su ofrecimiento a terceros. Este modelo es propio de relaciones B2B o para clientes con amplios conocimientos técnicos. El siguiente es el PaaS: plataforma como servicio. En este escenario, el prestador del servicio configura además todos los sistema operativos o de gestión sobre la infraestructura que también ofrece, para que el cliente sólo tenga que configurar o instalar las aplicaciones que necesite. El último en nivel de adaptación a las necesidades del usuario medio final es el SaaS: software como servicio: en este modelo el cliente final utiliza el sistema para utilizar las aplicaciones deseados como si estuviera trabajando en local, si lo vemos desde el punto de vista de complejidad, pero con todas las ventajas de trabajar en sistema actualizado y mantenido por otros.
En general, bajo mi punto de vista, se trata de un fenómeno, que si bien, tiene sus riesgos y cierta necesidad de legislación (o de conocimiento más habitual de la misma por parte de usuarios y compañías) está sirviendo para ofrecer muchos servicios a cliente final que podría disfrutar si fuera de otra forma y de permitir modelos de negocio que tampoco podrían tener lugar de ser por los modelos de cloud.
Un caso práctico: Pymes y Cloud Computing
Pensemos por ejemplo en un pequeño comercio, una zapatería, que desea trabajar de con algunas de las herramientas de las que disponen grandes compañías. Puede querer disponer, seguro, de sistemas de gestión financiera. Puede optar por comprar licencias para productos de software que deberá ir renovando u optar por un servicio en la nube configurable en el que pague probablemente pague por tramos de uso.
Esa misma zapatería puede querer disponer de un sistema de CRM que le permita construir relaciones más duraderas y más rentables con sus clientes. Muchos de las implantaciones de proyectos de CRM están lejos de su alcance, pero puede encontrar una aplicación web escalable que le dará el servicio y le permitirá ir creciendo.
La zapatería seguro usará algún suite ofimática. Muchos de los servicios que vienen en el software probablemente no los use, lo que le permite ahorrar en costes si opta por soluciones online gratuitas. ¿Quizá sólo por el momento?
Si además opta por disponer de un thin client para hacer correr esos servicios, ahorrará también en costes de hardware.
En resumen el conjunto de tecnologías y servicios que catalogamos como Cloud prometen seguir cambiando la forma de competir de muchas compañías en un entorno en el que ofrecer experiencias y servicios de calidad a cliente final para ser cada día más relevante en un entorno donde abunda la oferta y esta proviene ya, hoy en día ya de verdad, de cualquier parte del globo.
Muy buena reflexión. Aportaría que quizá ya se está perdiendo el miedo inicial a este tipo de sistemas en la nube, gracias a la mejora evidente de tecnologías y seguridad.