Publicado originalmente en conversionmarketing.es
Si repasamos un poco la Historia, parece que ha habido muchos momentos en los que una evolución tecnológica ha propiciado una revolución en la sociedad. Si pensamos en la información, el contenido, podemos ver algunos hitos claros. Desde el principio de los tiempos en los que la transmisión de información era de forma oral, se hacía necesaria la presencia en el mismo tiempo y en el mismo espacio de generador y consumidor de información. Evidentemente, la velocidad a la que el conocimiento podía propagarse no era demasiado elevada para nuestros estándares actuales. La invención y proliferación del papel supuso el primer hito, al permitir la primera comunicación asíncrona “masiva”.
Un problema, sin embargo, seguía estando sin resolver: el contenido y el medio eran lo mismo, la transmisión de contenido implicaba la transmisión física del soporte. La propiedad, al menos temporal, del soporte & contenido era necesaria. Así es como existía una carencia de contenido, muchas veces circunscritos a catedrales y monasterios, en Europa. La invención de la imprenta y la tipografía mecánica (el propio concepto de tipos móviles está orientado a un único soporte cada vez) supuso una nueva revolución, al facilitar genialmente la reproducción. Lo que no se facilitaba era la transmisión que seguía siendo la asignatura pendiente.
Llegó entonces la digitalización que nos permitió superar la barrera de la reproducción y, por último, la separación de contenido (html) y apariencia (css) que permite por primera vez disgregar contenido y soporte (y por tanto los costes de acceso al mismo). Esta disgregación, propicia incluso distintas rutinas de consumo de una misma información en función del soporte. Esta es la última gran revolución: el contenido se hace líquido, se adapta al soporte físico que lo recupera. Se convierte en un feed. Se pasa de la guerra por controlar los soportes a la lucha por controlar los canales de acceso.
El fácil acceso al contenido y su fácil distribución, más allá de todas las implicaciones económicas y legales que suscita, añade un punto a la célebre cita de Don Tapscott: “Un día, alguien me dijo: si la noticia es importante, me encontrará, me localizará. Y ahora es así“. En la actualidad hemos llegado a un momento en el que la información es sobreabundante y nos localiza información que es irrelevante para nosotros. Sí, el contenido es el rey, pero es un rey buscando su lugar, en dura pugna con muchos otros caballeros que luchan por obtener el mismo trono: la atención de la audiencia.
Es así como los productores y proveedores de contenido, y todos los agentes implicados, comienzan a ver que, en muchos casos, no sólo es importante la calidad del contenido sino que la facilidad para su consumo, comienza a ser determinante en ciertos modelos de negocio. Un mismo contenido puede ser consumido en papel, móvil, televisión, tablets, diferentes navegadores web, dispostivos móviles, lectores de feeds, ebooks, consolas… Si el acceso no es cómodo, muchos usuarios lo obviarán. Surgen así, paulatinamente, servicios que atienden exclusivamente a hacer más atractivo y sencillo el acceso a contenidos tales como paper.li, para leer contenidos compartidos en Twitter, Flipboard para hacer más atractivo la lectura en Ipad, Orbyt, para la reutilización de contenido originalmente impreso, o Qwiki, que integra diversas fuentes de contenido en un único servicio de información.
El contenido líquido presenta, por tanto tres consecuencias. Por un lado, la menor importancia relativa de una web y la oportunidad que esto presenta para la especialización del contenido dentro de la misma. Por otro, la necesidad de propiciar la dispersión del contenido en diferentes soportes y canales en los que el acceso a nuestro público pueda ser más sencillo o segmentado: aplicaciones móviles, WebTV, plataformas sociales y su adaptación al medio y a los hábitos de consumo sobre el mismo. Por último, la evolución que sufre la análitica web que comienza a no darnos una visión global de nuestra presencia en Internet y da lugar aun campo de análisis más amplio, la análitica online.
Foto: Cajón de tipos móviles vía Wikipedia
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