El mundo que viene: tecnología, acceso y contenido… ¿Quién ganará?
En una cafetería, en su tiempo libre, un ingeniero de Facebook ve una película en su iPad mientras el camarero usa su móvil para navegar por Internet. Una escena cada vez más cotidiana. Si la observamos un poco más en detalle, podemos pensar que quizá el chico o chica usa su iPad para ver una película en Netflix que está alojada en Amazon Web Services mientras que el camarero está planificando sus vacaciones en Tristan da Cunha, y está buscando en su móvil HTC con sistema Android, operado por AT&T. Abre Google Maps y ve fotos de Panoramio y lugares donde cenar en la isla de la mano de Yelp.
Todas estas compañías forman parte de un sector (¿Internet?) en vertiginoso crecimiento, un sector que va integrando otros y que recibe el nombre de Hipersector. Estas compañías se necesitan unas a otras para ciertas partes del pastel de un conjunto de modelos de negocio muy interrelacionados y, al mismo tiempo, son competencia entre ellas para otras.
¿Cuál es el eslabón más fuerte? O dicho de otra forma, ¿cuál es el servicio que realmente aprecia el usuario? Buena pregunta.
El modelo
Me encantan los modelos y cuando oí por primera vez la palabra hipersector en un gran #TcDesayunos por boca de @Littlejon comencé a pensar en ello. El modelo para mí es, más o menos, claro:
1. Un proveedor tecnológico desarrolla una plataforma o sistema que permite hacer algo que antes o no era posible o era menos eficaz, atractivo, barato…
2. El desarrollador ha de conseguir dotar de usuarios a su plataforma. De lo contrario, las bolas de paja ahuyentarán a los inversores y/o anunciantes. Existen dos formas complementarias y que se retroalimentan de obtener usuarios:
- Obtener usuarios a través del contenido. Para lograr ese contenido se abre la API y/o se empieza a negociar con (o comprar) proveedores de contenido y/o se convence a los usuarios de que lo generen… quizá con más usuarios 😉
- Obtener usuarios a través del acceso. Para lograr esos usuarios llevamos nuesta plataforma a donde están los usuarios. (Web, Android, iOS 5, offline…)
3. Se llega al momento en que la plataforma tiene suficientes usuarios que generan contenidos para otros usuarios y/o hacen que resulte atractivo para proveedores de contenido el generarlo o integrarlo en esa plataforma. Se produce una especie de break-even en la que todos ganan, el mercado madura… y es el momento de una nueva innovación.
4. Volvemos al punto 1. Un nuevo desarrollo técnico viene a evolucionar (a veces a cambiar el modelo, claro) el sistema existente.
NOTA: este modelo, pienso, es válido en general, para ámbitos offline. Tan sólo hemos de cambiar proveedor tecnológico por editor, plataforma por medio, API por redacción y acceso por distribución.
El presente
Todas las compañías van tratando de encontrar su sitio en este esquema. No sólo los pure players de Internet, sino compañías de otros ámbitos que van asimilando esta reflexión y están reorganizando sus departamentos de marketing.
Veamos un ejemplo, Spotify tiene una plataforma tecnológica pero entiende que sin contenido musical de poco le sirve y firma con discográficas. Necesita también usuarios para acceder a ese contenido y quizá porque no los logra todo lo rápido que quiere decide firmar con Facebook para que le dé ese acceso a sus usuarios. Es más, reflexiona que la competencia es amplia y anuncia a finales de noviembre su evolución como plataforma de integración de apps de terceros (obteniendo así nuevo contenido y mejorando la experiencia de los usuarios). Por cierto, Skype al final del verano hizo lo propio.
El modelo se enrosca sobre sí mismo y, a veces, lo que es contenido para una plataforma es a su vez plataforma para otros contenidos, en un proceso que se repite hasta alcanzar al usuario. Veamos el caso de Layar, el sistema de realidad aumentada. En un iPhone o Android (plataforma) puedo descargar la aplicación Layar (contenido). En ese momento Layar se convierte para mí en una plataforma de todos los proveedores de contenido que la usan. Activo entonces la capa de realidad aumentada de uno de ellos, Idealista (contenido) para ver pisos en alquiler a mi alrededor. En ese momento, la capa de Idealista se ha convertido en una plataforma que me enseña los pisos, el verdadero contenido que yo estoy buscando. Visto en sentido contrario, un propietario para hacerme llegar la información de su piso ha usado Idealista dentro de Layar dentro del iPhone, sin necesidad de realizar más tareas que las que ha realizado para anunciar su piso en el sitio web idealista.com.
Prácticamente, miremos a donde miremos a nuestro alrededor podemos encontrar este modelo. Apple usa los servicios de Google para las búsquedas en su iOS5, los de Yahoo! Weather para mostrar el tiempo en iPhone, mientras que recurre a Yelp (proveedor de contenido) para alimentar de contenido local a Siri, el metabuscador accionado por voz de los iPhone 4S (lo que, por cierto, les ha propiciado algún pequeño quebradero de cabeza hace poco). Por su parte, Google Maps ya incorpora información meteorológica con otro proveedor y comentarios sobre locales y lugares (via 11870.com y fotos vía Panoramio) Por su parte, Facebook (plataforma) utiliza a Bing como proveedor de contenido para búsquedas. Pero por otro lado, si usamos la app de Facebook para iOS 5, en ese caso Facebook es contenido de la tecnología de Apple… 😉
Todo este sistema que puede parecer muy complejo y que quizá lo es, sin embargo es muy sencillo o transparente desde el punto de vista del usuario. Se orienta en hacerle acceder de la forma más sencilla y agradable a los contenidos que quiere. El punto al final es que con cada agregado de contenido el valor de la tecnología que lo incorpora es mayor, en un esquema en el que todos ganan.
El futuro
En este momento todas las compañías de Internet están tomando posiciones para el próximo gran reto: la internetización de la sociedad o cómo el acceso (tanto proactivo como reactivo), en todo momento y lugar a la información, modela el tipo de relación que tenemos en muchas áreas de nuestra vida diaria.
Música, juegos, entretenimiento, móvil, pagos, educación, comunicaciones, publicidad, distribución y venta… La batalla está servida. Cada día asistimos a una evolución de este modelo en el que los usuarios somos los últimos jueces en lo que respecta a qué valoramos, qué nos sirve y qué no. Y vamos, de esa forma, configurando el equilibrio de poder entre todos los jugadores online y offline.
¿Quién está en mejor situación? ¿Qué negocio es más rentable? Es díficil saberlo. Está claro que sin contenido de poco me sirve la tecnología. Que no me interesa tener acceso a un lugar en el que no hay contenido que me interese y, al mismo tiempo, está claro que de poco me sirve tener un contenido aislado e inaccesible. Existe una reflexión, claro, y es que el contenido hay que generarlo, mientras que las plataformas sólo hay que mantenerlas a prueba de alienígenas 😉
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